Estimados compatriotas eslovenos y argentinos!
Nos encontramos aquí, frente al monumento al general José de San Martín, Padre de la Patria, para expresar nuestro agradecimiento a la Nación Argentina al cumplirse 70 años de la llegada de nuestros antepasados a estas tierras.
Finalizada la Segunda Guerra Mundial, con gran parte del mundo en ruinas y con la expansión de un sistema totalitario y feroz -el comunismo-, miles de eslovenos fueron obligados a dejar su patria para poder conservar su vida y libertad. Su primera escala de este calvario fueron los campos de refugiados en Austria e Italia. La esperanza de ese momento era poder volver a su tierra, pero el destino marcó otro rumbo. Debían emigrar hacia otras tierras. Después de largas gestiones ante distintas naciones, llegó la noticia desde Buenos Aires, que el sacerdote esloveno Juan Hladnik había conseguido de las autoridades argentinas la promesa de recibir hasta 10.000 refugiados eslovenos expulsados por el comunismo de su patria. Argentina no hizo distinción alguna y recibió con los brazos abiertos a jóvenes y mayores, también a niños y enfermos.
Se estima que entre 1947 y 1948 llegaron por barco a este puerto de Buenos Aires unos 5500 eslovenos. Así, la Argentina recibió a nuestros padres, dándoles la posibilidad de formar sus hogares y forjar un futuro. Permitiéndoles mantener su idioma y su cultura y de esta forma no perder sus raíces, de las que nacieron las nuevas generaciones que estamos hoy aquí presentes, rindiendo este agradecimiento a la Argentina y a la Virgen María Pomagaj, Patrona de los eslovenos.
Este grupo de eslovenos conforma la última de las inmigraciones eslovenas que enriqueció con su aporte esta generosa tierra argentina. Con los valores traídos de su Eslovenia natal, con trabajo y educación, han podido formar sus hogares, desarrollar empresas, brindar profesionales en distintas áreas, sacerdotes, obispos, formar instituciones en las que se cultiva el idioma esloveno y su cultura. Y colaborar en el desarrollo de esta nación, que los recibió con los brazos abiertos.
Muchos de aquellos que vivieron esta dura experiencia hoy ya descansan en paz en esta tierra que los recibió. Es deber nuestro y de las generaciones por venir, mantener vivos estos valores que ellos nos transmitieron y seguir cultivándolos para el futuro de la colectividad eslovena y en pos del desarrollo de la Nación Argentina.
GRACIAS, ARGENTINA!
Ing. Jorge Komar – presidente de la Asociación Eslovenia Unida