Esta semana apareció una nueva nota en el diario La Nación de Buenos Aires, que informa una vez más sobre otro síntoma de nuestro mundo enfermo, y da cuenta que en los últimos tres años, el Glaciar Viedma retrocedió tanto como en los 17 años anteriores.
En dicha nota fue consultado nuestro amigo Peter Skvarca, el mundialmente conocido glaciólogo esloveno, que desde hace muchos años no deja de darnos noticias preocupantes a través de sus estudios científicos.
Peter Skvarca fue uno de los primeros que, ya en la década del 90, alertó al mundo sobre el grave fenómeno del cambio climático, cuando dio a conocer que estaba desapareciendo una gran barrera de hielo de la Antártida, llamada Larsen A, un hito de escala monumental que la Humanidad todavía no reconoce como el principio de cambios en nuestro planeta de una gravedad alarmante. Hoy sabemos que no solo esa gran barrera de hielo se desintegró, sino que también colapsó la plataforma Larsen B en 2002, y en este momento se está quebrando la plataforma de hielo Larsen C.
Pero volvamos a nuestra noticia. El glaciar Viedma está ubicado junto al bellísimo pueblo patagónico de Chaltén, a los pies de la Cordillera. El Chaltén es famoso en todo el mundo por ser uno de los destinos preferidos de los amantes del trekking de todo el mundo.
El glaciar Viedma baja de los campos de hielo de la Cordillera, y describe una curiosa y gigantesca curva antes de sumergirse en el inmenso lago que lleva el mismo nombre.
Como un gigante herido, dice la nota, el Glaciar Viedma aceleró su retroceso. En los últimos treinta meses el frente principal del glaciar retrocedió 1000 metros, de los cuales el 40% ocurrió en forma precipitada en los últimos diez meses. Recientes observaciones científicas realizadas por expertos argentinos y japoneses creen que el acelerado retroceso se debe al aumento de la profundidad del lago y cambios en la topografía. En tanto que sus estudios revelaron profundidades y propiedades térmicas antes desconocidas en los lagos patagónicos.
Los científicos afirman que a mayor profundidad del lago, mayor es la tasa del desprendimiento del glaciar que se posa en él, según lo demuestra una ley empírica general, las recientes mediciones detectaron que esa profundidad en el lago Viedma supera en partes los 300 metros.
En tanto que la diferencia de temperatura entre el agua superficial y la profunda hace que arriba de los 120 m el agua cálida fusiona la pared del glaciar, mientras que por debajo la temperatura muy fría (a 0 ºC) casi no produce fusión, dando origen a típicas protuberancias subglaciares, que suelen desprenderse y emerger en forma sorpresiva. Los científicos los llaman “desprendimiento de fondo”.
Hasta hace poco el Viedma retrocedía moderadamente. Con la ayuda de imágenes satelitales los científicos midieron que en el período 1968-1997 el frente principal del glaciar retrocedió 900 metros; entre 1997 y 2014 el retroceso aumentó a 1.300 metros, en tanto que sólo en los últimos tres años el glaciar retrocedió 1 km, acelerándose el retroceso entre enero y octubre de este año.
Debido al acelerado retroceso se dificultó el acceso al hielo y se suspendió el trekking turístico sobre el glaciar desde principios de este año. Igualmente se puede hacer una excursión muy interesante caminando en las cercanías del frente glaciar sobre un promontorio rocoso que hasta hace muy poco estuvo cubierto por hielo.
El glaciólogo Pedro Skvarca, con 41 expediciones en la Antártida y 25 más en el Hielo Patagónico Sur desde 1990, es uno de los científicos que más ha estudiado los glaciares. “Se cree que el retroceso del Viedma se aceleró en 2015 y continúa hasta ahora porque aumentó la profundidad del lago y se ensancharon las zonas más profundas”, aseguró en diálogo con el diario La Nación.
“Los glaciares de desprendimiento retroceden muy rápido en muchas partes del mundo, en parte por la influencia de las interacciones hielo-agua en el frente glaciar. En contraste con investigaciones realizadas en los fiordos marinos frente a glaciares de marea, hay muy pocos estudios hechos frente a glaciares de desprendimiento en agua dulce”, detalla Skvarca, mientras muestra en su computadora portátil las imágenes satelitales y gráficos que explican el retroceso que sufre el glaciar Viedma.
Para investigar como interactúa el hielo con el agua del lago es necesario conocer las propiedades físicas del agua donde terminan los glaciares. Para ello midieron con ecosonda las profundidades de lagos, y con equipos CTD la temperatura y turbidez del agua frente a los glaciares Perito Moreno, Upsala y Viedma. Con lanchas y botes navegaron frente a las paredes de hielo entre témpanos y escombros de hielo, bajando instrumentos hasta el fondo del lago y tomando muestras de agua a distintas profundidades. Los datos obtenidos les permitieron recabar la novedosa información.
“En los lagos Argentino y Viedma encontramos estructuras térmicas muy diferentes a las observadas en los fiordos. No detectamos señales de ascenso de aguas subglaciales; en su lugar encontramos agua muy turbia y fría de descarga glacial que ocupaba la zona cercana al fondo del lago, porque la densidad del agua era controlada por la concentración de sedimentos en suspensión, y no por la temperatura del agua”, explica Skvarca.
“La circulación causada por el viento de superficie afecta unos 180 metros de profundidad, formando una capa isotérmica relativamente cálida que transmite calor a la interfase hielo-agua. Como la parte más profunda del frente glaciar está en contacto con el agua muy fría, en esa zona casi no hay fusión”, detalla Skvarca.
Cuando realizaron mediciones en Lago Viedma encontraron una capa superficial de agua a temperaturas entre 6 y 7 °C, que disminuía bruscamente a los 120 metros de profundidad, y más abajo una capa muy fría (cercana a cero grados centígrados) y turbia. Esta particular estructura térmica de agua produce una fusión diferencial del frente glaciar que podría explicar el origen y la ocurrencia de los espectaculares “desprendimientos de fondo o de base”, tan comunes a los observados en el Viedma.
Y finaliza, “nuestros estudios revelaron profundidades y propiedades térmicas antes desconocidas en los lagos patagónicos, que ayudan a comprender mejor la interacción hielo-agua y el impacto de la fusión subacuática en el retroceso de los glaciares de desprendimiento en agua dulce”.
Los resultados de estas investigaciones fueron publicados junto con sus colegas japoneses S. Sugiyama, M. Minowa, D. Sakakibara, T. Sawagaki, Y. Ohashi, N. Naito y K. Chikita bajo el nombre “Estructura térmica de lagos proglaciales en Patagonia” en Journal of Geophysical Research: Earth Surface, de la American Geophysical Union.
Biografía de Pedro Skvarca
Pedro Skvarca nació en Eslovenia el 14 de enero de 1944, donde cursó sus estudios primarios. Su padre murió a manos de los partisanos comunistas y en 1956 su madre decidió emigrar con sus dos hijos a la Argentina.
Pedro estudió bachillerato en el Colegio Nacional Esteban Echeverría de Ramos Mejía, donde egresó en 1963 con la distinción de Medalla de Oro.
Asistó a la Facultad de Ingeniería (Universidad de Buenos Aires), donde obtiene el diploma de Agrimensor en el año 1968 . Continúa luego la carrera en la Escuela para Graduados en Ingeniería Geodésica–Geofísica e Ingeniería Hidrografía para egresar en 1972 como Ingeniero geodésico-geofísico.
Lleva a cabo con éxito su primera campaña con la Escuela de Graduados en 1969, realizando un trabajo de mediciones gravimétricas en la cumbre del Cerro Aconcagua a 6959 m de altura. En ese entonces fue el punto más alto del mundo en el que se haya medido gravedad.
A inicios de 1973 ingresó al Instituto Antártico Argentino, Dirección Nacional del Antártico, donde se desempeñó como Investigador Científico. En 1974 se especializó en glaciología en el Scott Polar Research Institute, Cambridge, Inglaterra. Durante ese año asistió a cursos prácticos de glaciología en Valle de Tarfala, Suecia y Chamonix-Mont-Blanc, Francia. En 1979 fue designado Jefe de la División Glaciología del Instituto Antártico Argentino.
Es miembro de la Sociedad Glaciológica Internacional, del Grupo Permanente de Ciencias Físicas del Comité Científico de Investigaciones Antárticas (SCAR) y de la Sociedad de Especialistas Latinoamericanos en Percepción Remota (SELPER), y Miembro de la Academia Nacional de Geografía.
Dictó numerosos cursos de Glaciología, cursos de Capacitación Antártica y el curso Internacional de Navegación Antártica. Participó en simposios y congresos de la especialidad y dicta conferencias en varias universidades nacionales y extranjeras, así como conferencias de prensa relacionadas con importantes eventos glaciológicos ocurridos en la Antártida.
Ha llevado a cabo 41 campañas a la Antártida desde 1973, y 25 a los glaciares de la Patagonia Austral, realizando numerosas publicaciones científicas en diferentes journals, como el Science & Nature . Entre otros trabajos se destacan su aporte a los informes de 1994 y 2001 del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático IPCC.
A partir del año 1990 dedica parte de su tiempo y esfuerzo a investigar los casi desconocidos glaciares del Campo de hielo Patagónico Sur, de gran importancia para los estudios científicos del cambio global.
A los logros profesionales alcanzados por Pedro Skvarca en la Antártida se debe agregar también el significativo aporte al conocimiento científico de los glaciares Patagónicos, reflejado en numerosos trabajos de investigación presentados en congresos de la especialidad.
Pedro es además uno de los fundadores del famoso Museo Glaciarium, en El Calafate, donde se desempeña como Director Científico. El prestigioso Museo fue proyectado para promover el conocimiento y exaltar los sentidos, buscando envolver emocionalmente al visitante con recursos estéticos y narrativos, siguiendo las actuales técnicas de exhibición interactiva utilizadas por los museos y centros de interpretación más modernos del mundo. Para esto se diseñó un espacio vivo, lleno de estímulos visuales y sonoros, que contribuyen al conocimiento del mundo de los glaciares. El hielo, los glaciares, su formación y la dinámica de sus apasionantes fenómenos inspiraron la arquitectura, el diseño y alentaron el desarrollo creativo de los textos, los guiones, las ilustraciones, y las imágenes que se exhiben en Glaciarium.
La arquitectura externa del museo es expresiva y connotativa que copia las paredes de un glaciar, como una escultura gigante posada en la estepa patagónica que se integra con el entorno.