Bienvenida a los eslovenos que llegaron a la Argentina el Domingo de Pascuas en el barco “Santa Cruz”
Bienvenidos!
Cruzaron el océano para reunirse con nosotros, que compartimos con ustedes el mismo destino, vivimos de los mismos sueños y que desde el mismo pasado miramos a los ojos un futuro similar. Bienvenidos!
A los cinco centenares de eslovenos que ya iniciamos este camino suman ustedes otros cinco centenares: así ahora ya somos mil. Una gran legión de personas que saben, por qué dejaron su Patria: jamás la hemos traicionado, nunca podríamos negarla, sino que la dejamos por amor hacia ella, por no poder mirarla ultrajada y vendida. Y ahogada en sangre y violencia! Resulta muy significativo que hayan cruzado las aguas profundas del océano bajo el nombre “Santa Cruz”, que los depositó en nuestra orilla precisamente en el día de la Resurrección. No se resalta con esto la salvación y exaltación del gran sufrimiento que está pasando nuestra patria y nosotros mismos? Después del Viernes Santo de deambulación y padecimientos como refugiados: no estamos ante una nueva liberación y resurrección del hombre, tal como lo entiende el cristianismo?
Están ante un nuevo mundo, como una vez lo estuvo Colón, quien llegó a América en el barco “Santa María”. Fue solo por su fe que lo logró. Nosotros también lo lograremos, si enfrentamos los días nublados con fe en Dios y confianza en nuestras manos… éstas, sanas y fuertes, amasarán la materia en bendición. Del sudor de nuestra frente brotará la más hermosa flor: nuestro pan.
Hoy los recibe la libertad, la vida segura, la dulzura del sueño tranquilo, el descanso después de tanto miedo y desconfianza.
También los recibe el trabajo, esa arteria dorada en el seno de la tierra: a ella se llega con sudor y luego derrama polvo de oro en sus regazos.
Con nosotros los recibe su antigua patria, que les ayudará a soportar el dolor de la añoranza y les hablará de recuerdos, que son como estrellas de otro hemisferio.
Aquí los recibe una nueva patria, que les abre su gran corazón – ojalá no como una madrastra, sino como una mujer que nos adopta con amor… a estos refugiados sin rumbo…
Amigos, bienvenidos!
Ya somos mil para preparar el camino a otros mil, y así vivir juntos nuestro tiempo en amor y solidaridad, y con la fe y esperanza de que la “santa cruz” que los acompañó en el barco y se encendió como la primera estrella en este nuevo cielo, en algún momento ilumine la oscura estrella roja en nuestra tierra. Que esta fe sea grande y fuerte, para mover no solo montañas sino también el océano.
Dios resucitó!
Bienvenidos!
Svobodna Slovenija, 1/4/1948
traducción: Mariana Poznič
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El facsímil del original esloveno fue publicado por este diario en su página de la red social Facebook y en pocos días recibió más de 2000 visitas. Para que todos puedan enriquecerse con ellas, tradujimos al castellano las palabras con que fueron recibidos los nuevos inmigrantes. Bienvenidos a su lectura!
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