Nuestros comienzos en Argentina

Radicación en Argentina.

Svobodna Slovenija, 1/5/1948

 

El mayor grupo de refugiados eslovenos hasta hoy fue enviado por la IRO (Organización Internacional para los Refugiados) desde Italia a la Argentina en el barco “Santa Cruz”, que zarpó del puerto de Nápoles el 7 de marzo de 1948. En este barco llegaron a la Argentina 517 eslovenos. Representaban a casi todos los grupos. En este barco viajaron los restantes seminaristas eslovenos en Italia, junto con sus profesores. El grupo esloveno se destacaba entre los demás en el Hotel de los Inmigrantes. Cumplidas todas las formalidades necesarias en el Hotel, nuestra gente inmediatamente comenzó a buscar empleo. Los primeros en dejar el Hotel fueron los seminaristas, que viajaron a San Luis. 3 estudiantes ingresaron a primer año del seminario. Los demás inmigrantes eslovenos buscaron trabajo según su especialidad. Los solteros se decidieron mayormente por el empleo en las obras públicas que en forma programada lleva a cabo el gobierno argentino. De esta forma, cerca de 70 eslovenos fueron a las obras del Barrio Evita, donde un ejército de trabajadores está construyendo una nueva ciudad, la Ciudad Evita, que contará con 50.000 habitantes. En este inmenso predio se están levantando casas nuevas y modernas, en las que las familias de trabajadores y empleados  tendrán viviendas sanas y bonitas. Algunos eslovenos fueron a trabajar al aeropuerto. Las jóvenes eslovenas pronto consigueron trabajo en la ciudad. Los eslovenos ya son conocidos incluso por otras empresas argentinas del interior del país, con las que la comisión de la Asociación de Eslovenos (Društvo Slovencev) ya tendió contactos por escrito, informándoles sobre la llegada de los grupos de inmigrantes. De esta manera, también en esta oportunidad se interesaron por la fuerza de trabajo eslovena las grandes refinerías petroleras de Comodoro Rivadavia, a donde se dirigieron 8 eslovenos. Otros 12 partieron a Mendoza. Un inmigrante esloveno fue aceptado en la marina mercante argentina. El inmigrante esloveno dirigió también sus pasos al norte de este inmenso país y algunos de los nuestros partieron a Tucumán y Rosario. Dos integrantes del grupo de sacerdotes eslovenos fueron a trabajar a la diócesis de Mercedes, uno a Tucumán, uno se quedó en la capital, los restantes partirán pronto a sus nuevos lugares de trabajo al interior de la república. Algunas familias eslovenas sin hijos obtuvieron trabajo en distintos predios, las demás en las más variadas empresas de la Capital.

Como ocurriera con los demás inmigrantes, también nuestra gente supo al llegar a la Argentina que no era posible asegurarse anticipadamente el trabajo ni tampoco la vivienda. En realidad aquí el tema del empleo no es un gran problema, sí lo es la vivienda. Y en esta cuestión, las familias de inmigrantes eslovenos recibieron la ayuda de la Comisión de la Asociación de Eslovenos, que hizo todo lo que en estas condiciones resultó posible y con ello liberó a muchas familias eslovenas de la preocupación de buscar vivienda. Antes de la llegada de las familias de inmigrantes, la Comisión se dirigió con sus pedidos a todos los amigos y conocidos en el interior del país, solicitando que averiguaran en todas partes dónde podían ir las familias eslovenas para las que no se consiguiera habitación en la Capital, al menos por un tiempo. El mismo pedido fue dirigido al Sr. Košiček, que en ese momento se disponía a partir a su nuevo lugar de trabajo en San Luis. Y fue él quien con la ayuda de los demás profesores del seminario, que trabajan en esa ciudad, logró que el obispo de San Luis, Dr. Pasquo, se interesara por este candente problema y pusiera a disposición de las familias eslovenas la gran casa donde antes vivían los seminaristas. De esta manera la Asociación de Eslovenos pudo enviar a San Luis a 12 familias con 57 miembros en total, que en esta casa tendrán también comida gratis en los primeros tiempos. Las familias eslovenas arribaron a San Luis el 12 de marzo y pronto se instalaron allá. Según las primeras informaciones que recibimos de ellos, lograron instalarse bien en la nueva ciudad, que cuenta con aproximadamente 30.000 habitantes, todos ellos bien predispuestos hacia nuestra gente. Incluso el obispo se interesa por ellos constantemente. También el gobernador muestra gran comprensión. 4 familias pronto consiguieron trabajo y vivienda en la ciudad, 9 niñas fueron recibidas en una institución, donde tienen cuidados completos. Y ya se está preparando algo similar para los niños.

Con respecto a las demás familias de inmigrantes, que no se prepararon para ir San Luis o a las que no fue posible enviar allá debido al cupo limitado, la Asociación de Eslovenos se ocupó de forma tal que alquiló una gran casa de viviendas en la Capital, donde se pudieron ubicar 16 familias con 60 miembros. De esta manera la Asociación de Eslovenos en este último tiempo consiguió techo para 28 familias de inmigrantes. Solamente quien haya buscado vivienda por varias semanas  sin éxito podrá entender el enorme trabajo realizado.

En el Hotel de los Inmigrantes aún queda un grupo de familias eslovenas que hasta el momento no tienen vivienda. Todos los jefes de familia ya tienen trabajo y esperan conseguir también un techo pronto. En tanto la Comisión de la Asociación de Eslovenos continúa sus esfuerzos para facilitarles el inicio de una nueva vida.

 

(traducción: Mariana Poznič)

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