Martín Kerpán en español

Presentación de la edición en español de Martín Kerpán

 

En el año 2017 se cumplen cien años de la publicación del primer libro ilustrado esloveno: Martin Krpan.

Así como en la Argentina el nombre de San Martín aparece en plazas, parques, escuelas y otras instituciones, el de Martín Kerpán en Eslovenia ha dado nombre al primer transatlántico, a calles, colegios, empresas, gimnasios y hasta una marca de sal. Hay también un club online de asesoramiento a los contribuyentes fiscales que usa en sus menúes personajes y referencias a Kerpán –como por ejemplo, “consulta online con la emperatriz” o “cuando Brdavs golpea a la puerta de los súbditos”–.

Kerpán es un personaje literario que está estrechamente vinculado a la identidad nacional. Y al igual que en la Argentina el Martín Fierro ha sido objeto de grandes estudios literarios y sociológicos por su peso en el relato sobre la identidad nacional –pongamos como ejemplo emblemático el ineludible libro de Martínez Estrada y los debates que en torno a él se han suscitado–, dentro de la historia de la literatura eslovena hay una línea de investigación sobre este personaje, un departamento entero de “kerpanología”.

Pero la figura de Kerpán a los ojos de una buena parte de ciudadanos eslovenos –en particular relacionados con la economía y la tributación fiscal–, no encierra solo características positivas; hay en Eslovenia quienes lo esgrimen como modelo del timador o del evasor de impuestos (utajevalec davkov). Sin embargo, a lo largo de los años, ha calado hondo en el pueblo esloveno como héroe positivo.

La sal inglesa que lleva Martín sobre su yegüita ha sido objeto de las más variadas interpretaciones, algunas de ellas risueñas. Si se trata de salitre –el nitrato de potasio, un ingrediente para la fabricación de la pólvora, y entonces Kerpán sería un comerciante de armas que contribuyó a la independencia–; si acaso es el laxante que conocemos como sal inglesa –sulfato de magnesio, lo cual llevaría a conclusiones poco claras y menos elegantes–, o si es literalmente sal de Inglaterra, como parece a todas luces evidente, resulta menos central que su espacio simbólico, donde se condensa, como veremos, lo esloveno.

Entre dos modelos de comportamiento ejemplar, el ánimo rebelde, contestatario, carnavalesco, de un lado, y el ánimo utópico, pero ingenuo, también objeto de manipulación, que dispone a la responsabilidad y la obediencia ante el poder, Kerpán está en el medio: es un héroe que lucha por sus derechos, y lucha con lo propio.

En sus manos se rompen todas las armas del arsenal del palacio. Así que construye las armas con las que va a combatir. Son armas campesinas –un hacha de carnicero y una maza de la madera blanda del tilo–, y resultan más eficaces que la espada del poderoso Berdáus.

Rechaza los caballos imperiales. Su pequeña yegua en apariencia débil, enjuta y mañera, es más fuerte y tiene más temple que todos los caballos del emperador.

En el repertorio de los cuentos de hadas hay muchos que incluyen la sal en su título y como motivo vinculado a lo esencial, a aquello de lo que no se puede prescindir, como símbolo de abundancia y de logro alcanzado. En esloveno como en español hay también numerosos dichos que mencionan la sal con un valor positivo, uno de ellos lo compartimos en ambas lenguas, porque tiene su origen en el nuevo testamento: “ustedes son la sal de la tierra”, quienes tienen que ir y garantizar los valores morales de la humanidad (biti sol zemlje: kdor mora skrbeti za ohranitev moralnih vrednot človeštva Mateo 5,13). En esloveno hay otra frase: tener algo de sal en la cabeza es ser inteligente, lúcido (imeti kaj soli v glavi: biti bistroumen, pameten). Y hay una tercera frase que viene muy a propósito: “ya vas a ver, cuando pruebes tu propia sal”, cuando seas independiente (boš že videl, kako bo, ko boš svojo sol zobal ko boš samostojen, neodvisen).

En la misma dirección va la reflexión que el escritor Boris Pahor hace en el prólogo a la edición en español que hoy presentamos. Y también así lo describe otro escritor triestino, Miran Košuta: Martín Kerpán es “símbolo de libertad irrevocable, de la fuerza elemental y soberana; es la personificación literaria por excelencia de la autonomía de la nación”.

* * *

El libro que presentamos hoy fue escrito a mediados del siglo XIX y publicado por primera vez en el año 1883. No podemos pasar por alto que en sus orígenes fue una obra programática. Bajo el Imperio Austrohúngaro la lengua oficial era el alemán, y Levstik se alineaba con los intelectuales del grupo Eslovenia Unida (Zedinjena Slovenija), que reclamaban la unión de los territorios eslovenos y el uso del esloveno en los espacios públicos.

En 1917 se publicó en una edición ilustrada por Hinko Smrekar que fue el primer libro ilustrado original de Eslovenia. Las ilustraciones de Tone Kralj que incluimos en nuestra edición son las que han acompañado por décadas a las sucesivas ediciones de la obra en Eslovenia.

Aunque quería traducir cuentos populares y en especial el cuento Martín Kerpán desde que empecé a entender un poco de esloveno, sólo el año pasado, con Rok Fink, decidimos sentarnos algunas tardes a discutir cómo sería la traducción y a darle forma. El relato había sido publicado parcialmente en 1939 en la revista Duhovno življenje en traducción de Vida Kjuder, y recrea muy bien el original.

Pero pensábamos en que este cuento pudiera ser la puerta de entrada a la literatura eslovena para un público que no es esloveno ni sabe esloveno ni sabe sobre Eslovenia. Así que intentamos también acercar el texto a ese público potencial. Decidimos hacer una traducción que evocara un habla de otro tiempo sin perder lo contemporáneo de esta versión, y decidimos adaptar la grafía de los nombres para que su pronunciación por parte de un lector argentino no diera como resultado un nombre que nada tuviera que ver con el original. De alguna manera cambiamos la grafía para mantener los nombres.

Cuando nos acercamos a la señora embajadora de Eslovenia en Buenos Aires, ella se entusiasmó con la idea de publicarlo. Luego de varias reuniones y mucho trabajo no sólo nuestro sino también de Petra Česen Čatar y Tjaša Lorbek, y por supuesto de los editores que confiaron en el proyecto, Omar Tavalla e Ingrid Muller, concretamos la publicación. Gracias a la embajadora Jadranka Sturm-Kocjan, quien literalmente lo hizo posible. Todo el mérito es de ella y estamos por eso inmensamente agradecidos.

Florencia Ferré

 

Lista de librerías donde se consigue el libro.

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