Los emigrantes eslovenos nos hemos radicado en la República Argentina con la convicción de poder vivir en este gran país en paz y libertad. La mayoría de los inmigrantes llegaron al país después de la primera y segunda guerras mundiales. En ambos casos los emigrantes han dejado voluntariamente su patria a causa de la violencia de la ocupación. Después de la primera guerra mundial llegaron al país predominantemente los eslovenos de las regiones de Trieste y Gorica (30.000), es decir, de las regiones ocupadas por los italianos y donde el fascismo quiso subyugar por la violencia a los eslovenos privandolos de sus libertades fundamentales y de derecho natural. Mientras que después de la segunda guerra mundial se vieron forzados a emigrar sobre todo los anticomunistas, que han preferido abandonar sus hogares y su patria que convertirse en esclavos del cruel, totalitario e inhumano régimen comunista. En esta última emigración entraron al país aproximadamente 7000 compatriotas. (Además otros grupos de anticomunistas han emigrado a otros países). Así en total vive actualmente en la Argentina cerca de 40000 eslovenos.
A todo nuevo inmigrante se le presentan dos graves problemas a resolver: primero crear lo antes posible una sólida base material y económica para rehacer su vida y en segundo lugar hallar la manera más apropiada y natural de integración con el nuevo medio.
Al principio casi todos los eslovenos han trabajado como obreros manuales, por falta del conocimiento de idioma o por falta de relaciones para encontrar ocupación adecuada a su capacitación. Luego, con aplicación al trabajo y sentido de economizar al máximo, ahorraron en breve tiempo lo suficiente para la construcción de sus nuevos hogares. Según cálculos se elevaría a 1500 el número de viviendas familiares construidas únicamente por los emigrantes venidos al país después de la segunda guerra mundial, casas edificadas en inmensa mayoría sin subsidios y ya libres de deudas. El paso siguiente fue la independización gradual de los obreros, en su mayoría calificados, empezando a crear sus propias empresas. Así tenemos actualmente los eslovenos además de institución monetaria que funciona sobre base de cooperativa, también otros muchos establecimientos industriales.
Mucho más difícil fue en sus comienzos el problema laboral y económico para los intelectuales, que se encontraban en algo porcentaje especialmente entre los emigrantes de la última posguerra. Sólo después de años les fue posible encontrar ocupación apropiada a su formación y capacidad. Hoy muchos de ellos ocupan puestos de responsabilidad en empresas e instituciones y pueden así eficientemente cooperar en el progreso de su nueva patria.
No hace al caso mencionar aquí en cifras el capital material que los eslovenos aportaron al progreso de su patria adoptiva. A pesar de eso podemos afirmar sin temor a exagerar que en relación al número de nuestra colectividad este aporte es importante y digno de mención.
Para el recién llegado no es fácil adaptarse al nuevo medio. Al principio todo se le presenta extraño, hasta a veces incomprensible. Por esta razón es natural que busque relacionarse con sus compatriotas a través de organizaciones que le ayuden al mismo tiempo resolver las dificultades iniciales de idioma, trabajo, etc., además de ofrecerle el ambiente social adecuado. El inmigrante debe crecer sobre sus raíces naturales que luego lentamente empiezan a tender sus ramas hacia la patria adoptiva. Así no se produce en él un conflicto sino enriquecimiento espiritual mutuo.
Ya hemos mencionado la afirmación económica y empresaria. Pero al mismo tiempo debemos agregar el no despreciable número de aquellos eslovenos que se han granjeado el reconocimiento y prestigio como científicos, técnicos, educadores, artista o también como deportistas. A causa de poco espacio disponible mencionaremos sólo algunos de ellos más importantes.
Uno de los primeros inmigrantes eslovenos en la Argentina fue el ing. Ivan Benigar, políglota, filósofo, humanista, filólogo, pionero de la industria textil nacional en la provincia de Neuquén, constructor de las instalaciones de riego en el territorio de Río Negro, maestro de agricultura y fruticultura, excelente conocedor de las tribus autóctonas argentinas y reconocido americanista. Hablaba más de 14 idiomas, entre estos tres dialectos indios: el araucano, quichua y guaraní. La “Academia nacional de historia” en Buenos Aires lo ha nombrado en 1924 como miembro corresponsal. Además de gran número de ensayos ya publicados, ha dejado aún muchos manuscritos, por ejemplo un ensayo sobre etimología y etnología; diccionario castellano-araucano con gramática, etc.
En la Universidad Católica Santa María de los Buenos Aires en Bs. As. es actualmente profesor regular de historia de la filosofía moderna y miembro del concejo de la facultad de filosofía Dr. Milan Komar, jurista, filósofo y humanista. Además de dictar cátedra en la mencionada facultad, dicta ya más de diez años cursos de antropología filosófica en el Instituto de Cultura Religiosa Superior. Estos cursos de divulgación filosófica fueron aumentando en número de asistentes año tras año debido a la gran actualidad de los temas expuestos. Entre los oyentes se hallan no solo estudiantes sino también profesionales ya diplomados, por ejemplo médicos, psicólogos, sacerdotes, religiosos, etc. Dr. Komar publica sus ensayos científicos, notas críticas y bibliográficas en las revistas “Criterio”, “Sapientia”, “Sur”, “Señales”, etc.
El prof. universitario Dr. Tine Debeljak, eslavista, poeta esloveno, historiador literario, crítico y muy fecundo traductor. Del castellano ha traducido a Hugo Wast, Manuel Gálvez, Rubén Darío y la obra maestra de la literatura argentina, la poesía épica “Martín Fierro” de José Hernández.
Entre los propulsores de la cultura seguramente podemos mencionar también a los sacerdotes eslovenos que en gran número (aproximadamente 70) desempeñan su labor pastoral entre católicos argentinos, fundando nuevas parroquias, construyendo escuelas, organizando la vida cultural y la actividad caritativa, et. Especial mención merecen dos de ellos que se han caracterizado por su desinteresada y sacrificada vida apostólica: el primero es el sacerdote salesiano Ludvik Pernišek, quien llegó a la Argentina poco después de la primera guerra mundial y se radicó en Junín de los Andes, trabajando como misionero en toda la región cordillerana neuquina; el segundo es msgr. Janez Hladnik, quien se dedicó antes de la segunda guerra mundial especialmente a la actividad pastoral entre los eslovenos en la Argentina, pero después de la guerra se consagró específicamente al trabajo sacerdotal entre fieles argentinos. Para fundar la nueva parroquia de San José de Pompeo eligió el lugar más abandonado en la localidad de Lanús. Aquí llevó a cabo en pocos años una múltiple y gigantesca obra pastoral. Construyó un gran y hermoso templo, un amplio edificio y salón parroquiales, la escuela parroquial y organizó la vida parroquial y cultural en la zona a su cargo.
Entre los técnicos eslovenos que adquirieron prestigio en su nuevo ambiente de trabajo mencionemos tan sólo por ejemplo a ing. Albin Mozetič, quien en 1948 ingresó en la Compañía petrolera Shell y fue en pocos años incorporado al cuerpo de sus mejores expertos directivos; o el ejemplo del agrónomo Dr. Leopoldo Leskovar, especialista en materia de cultivo del lúpulo, quien organizó en la Argentina inmensas superficies para el cultivo del lúpulo en grandes cantidades. Entre los arquitectos podemos mencionar al arq. Viktor Sulcic, quien entre otros trabajos realizó los proyectos para la feria más grande de Buenos Aires, el “mercado de Abasto” en la calle Corrientes, proyecto para el estadio de fútbol “La Bombonera” del Club Boca Juniors y un sinnúmero de proyectos para viviendas particulares, sanatorios, bancos, fábricas, etc. Una de sus creaciones arquitectónicas más estéticas es el proyecto para la iglesia en San Justo.
Entre los artistas que adquirieron renombre entre el público argentino podemos mencionar a la pintora Bara Remec, cuyas obras merecieron el reconocimiento ya en su patria donde ha preparado exposiciones en varias capitales europeas. Después de su llegada a la Argentina reproducía al principio motivos de la vida de la ciudad, pero más tarde se inspiraba exclusivamente en los paisajes de la región sur patagónica y luego en el norte en Quebrada de Humahuaca, adonde viaja para encontrar contacto con la gente sencilla y autóctona, genuina con su folklore y su patrimonio espiritual gaucho. Durante los últimos años visita y expone en Tilcara, centro de las investigaciones arqueológicas de la cultura india precolombiana. El crítico artístico argentino Córdoba Iturburu caracterizó su obra artística con estas palabras: “Es extranjera que está en su esencia misma ya país; es decir, a través de auténticos y acertados puntos de vista de la artista sobre nuestra tierra y nuestro hombre – la podemos considerar como excelente expresión de la gran influencia del americanismo sobre la fuerte sensibilidad europea. Observamos que su personalidad se vio realizada plenamente recién entre nosotros, lo que atestiguan sus obras maduras y originales con pleno conocimiento en la ejecución, transparentes por su espiritualidad – sus obras son expresión de la combinación de inesperada transparencia espiritual con el amor a las cosas americanas, la realización de la cual exige el lenguaje más simple y el más íntimo a la vez”.
El escultor France Ahcin merece mención, por sus bajorrelieves inspirados en “Martín Fierro” y además de sus innumerables obras ha realizado el majestuoso bajorrelieve en bronce incrustado en el monumento a nuestras víctimas anticomunistas caídas durante y después de la revolución comunista. El monumento se levanta en la “Casa eslovena” (calle Ramón Falcón 4158, Capital).
En la Argentina viven y se desempeñan varios artistas de prestigio en el campo de la música. Entre estos debemos mencionar en primer lugar a la solista contralto de ópera y concierto Fraña Golob. Ya en Europa cantó en las salas de concierto más célebres y en las óperas de estado en Ljubljana y Belgrado. Venciendo las dificultades iniciales al llegar al país, logró luego la cantante Golob abrirse camino entre los años 1950-1959 a la aceptación muy favorable del exigente público musical porteño y de la crítica periodística como la contralto más considerada y apreciada. Al interpretar la Rapsodia de Brahms para contralto, poco después de llegada a la Argentina, el crítico musical Enzo Valenti Ferro escribió: “Es la artista que está llamada a constituirse elemento de importancia en nuestra vida musical”. Y a su vez el crítico musical Jorge Aráoz Badi escribió estas palabras al comentar el concierto en memoria de Roberto Schumann: “La artista cantó con tal responsabilidad artística que su actuación permanecerá como uno de los homenajes más dignos que este romántico haya merecido jamás entre nosotros”.
Mario Drago Sijanec (Mariano Drago) es actualmente uno de los directores más encumbrados en la Argentina. Este director esloveno alcanzó dirigir sus conciertos en aquellas salas a las que sólo pueden aspirar los grandes artistas. Actualmente es director permanente de la Banda sinfónica Municipal de la ciudad de Buenos Aires y también dirige en el Teatro Argentino de la ciudad de La Plata.
Entre los cantores de ópera que actuaron en el Teatro Colón mencionemos tan sólo al barítono esloveno Angel Hrovatin; y entre los cantores invitados para el mismo teatro a Anton Dermota, uno de los tenores importantes en la actualidad, quien vive y canta especialmente en Viena (Austria).
Es esloveno también el concertista virtuoso de piano Anton Soler-Biljenski. Además de sus giras de conciertos por Europa y América del Sur actuó en el Teatro Colón, Teatro Argentino de La Plata, por TV y la radio como solista de piano con orquestas sinfónicas en Buenos Aires, Mendoza, Bahía Blanca, Córdoba y Rosario.
Entre los coros eslovenos debemos mencionar siquiera al coro Gallus, que es conocido entre el público argentino por sus excelentes actuaciones en el Teatro Smart en los conciertos de “Ciclo de música coral”.
Finalmente agreguemos el prestigio alcanzado por los eslovenos en el andinismo y deportes de invierno. En realidad el mérito de sus trabajos no se limita únicamente al mero campo del deporte en sí, sino que cooperaron en el descubrimiento de nuevas bellezas naturales del suelo argentino o en expediciones científicas.
France Jerman construyó en Bariloche el primer trampolín para esquí en toda la América del Sud. Aquí conquistó el primer puesto esloveno Dinko Bertoncelj, mientras que el propio Jerman fue por 14 años campeón argentino de esquí en carreras de larga distancia.
Los andinistas eslovenos marcaron en Bariloche la nueva senda hacia las lagunas de la Catedral, conocida como “picada eslovena”. Construyeron el refugio “Piedrita”. Conquistaron muchos picos hasta entonces vírgenes (p.ej. San Valentín en la parte norte del hielo continental Patagónico y el pico Payne en el extremo sur). En las paredes de las montañas en Bariloche marcaron muchas sendas nuevas que por eso llevan sus denominaciones en la literatura andinística especializada.
En el año 1954 Dinko Bertoncelj fue elegido como miembro de la expedición argentina al Himalaya para escalar el pico Dhaulagiri (7.600 m). Por peligro de congelamiento se vio obligado a descender cuando faltaban sólo 300 m para conquistar la cima del pico. Las notas sobre esta expedición las publicó en el libro “Dhaulagiri” que redactó en colaboración con dr. V. Arko y lo editó la “Acción cultural eslovena” en Buenos Aires.
D. Bertoncelj fue también miembro del equipo antártico argentino que de acuerdo al plan “año geológico” (1956-1959) estudió el hielo polar antártico con sede en la base “Gral. Beltrano”. En relación con lo dicho mencionemos aquí que en el año 1967 el bioquímico esloveno Franc Markez estudió en la “Estación científica Almirante Brown” en la Antártida las distintas variedades de hormonas.
A la exploración y estudio del Hielo continental patagónico están dedicadas las expediciones esloveno-argentinas que organiza el “Club andino esloveno” en Buenos Aires y las que dirigen los hermanos ing. Jure e ing. Peter Skvarca. En estas expediciones ya se han explorado el hielo continental en las cuatro direcciones y sus componentes han conquistado ya más de 20 picos hasta ahora no conocidos. El Club andino esloveno informa sobre los éxitos de estas expediciones al Instituto cartográfico militar argentino y chileno y al Instituto glaciológico internacional en Roma, quienes registran y confirman la denominación de los montes o picos que hasta ahora no hayan tenido nombres. Así por ejemplo la 9° expedición esloveno-argentina al Hielo continental patagónico conquistó el 8 de enero de 1970 en primera ascensión la montaña de 2600 m de altura en la parte occidental del más grande ventisquero americano Upsala y denominó a la montaña conquistada con el nombre de “29 de octubre” en homenaje a la fiesta patria eslovena, que hace poco más de 50 años nos recuerda nuestra liberación del imperio austro-húngaro.
En 1969 el ing. Peter Skvarca ascendió al Aconcagua (6960 m) y en la cima del monte más alto de América midió con un gravímetro estático la gravedad de la tierra por encargo del Instituto geodésico y geofísico de la Universidad de Buenos Aires.
Todos los hasta ahora mencionados representantes eslovenos han llegado al país ya en su edad madura, con los estudios ya cumplidos. Aquí debemos mencionar también que un alto porcentaje de jóvenes eslovenos sigue la enseñanza superior en colegios secundarios y luego en las universidades. Algunos de estos ya han terminado sus estudios y se van abriendo camino en el campo científico, otros desempeñan sus profesiones académicas en casi toda las ramas de las distintas ciencias universitarias.
Esta vista ligera y superficial de la presencia de los eslovenos en la Argentina puede dar una idea de la parte que los eslovenos quisiéramos aportar al progreso y crecimiento de nuestra nueva patria. Este aporte nuestro ofrecemos con la gratitud y sinceridad, justamente en el 25 aniversario de nuestra tragedia nacional y genocidio bajo el comunismo, en prenda de agradecimiento por habernos dado el pueblo argentino la posibilidad de rehacer nuestras vidas en un suelo hospitalario y desarrollar nuestras actividades en medio de un pueblo tan noble y sobre todo por habernos permitido poder vivir en libertad y en condiciones de vida dignas de personas humanas.
(artículo publicado en los años 70, del cual desconocemos proveniencia y autor)
Članek je bil objavljen okoli leta 1970, žal ne razpolagamo z virom in imenom avtorja.